sábado, 20 de junio de 2009

Segundo Encuentro


Recibí tantos buenos augurios y deseos después del primer envío que me puse a reflexionar sobre la diversidad de miradas en el mundo virtual, sobre personas que no nos conocen personalmente pero sí a través de este medio, no sé si agregar solo a través de este medio. Y muchas voces ocasionales y mi necesidad de sentirme acompañada además de leída… y la nostalgia del tiempo que ya no es, diría de mí una colega del Profesorado Eccleston.
Se le impone a la mano que escribe el nombre de Zygmunt Bauman, sociólogo polaco y representante del pensamiento posmoderno centrado en los modos como operan los vínculos para disolver o mejor dicho hacer de los encuentros “agua que corre por nuestras manos “, autor entre muchos libros de Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos editado por FCE, Miedo líquido: la sociedad contemporánea y sus temores editado por Tusquets y su relación con otra socióloga francesa muy interesante Marie France Hirigoyen, psiquiatra, sicoanalista que centra su tesis sobre el imperio del individualismo y la precariedad de las relaciones íntimas y afectivas en el posmodernismo, autora de Las nuevas soledades publicada por el FCE en el 2007.
Por qué esos libros, qué tienen que ver con mi primer párrafo, los une el uso de la virtualidad sin caras, sin manos, ocasional, sin tiempos, asincrónica a la que ambos hacen alusión de una manera deliberada para explicar la “ brevedad y vulnerabilidad” de los encuentros humanos. Lo que podemos denominar en términos modernos el escaso compromiso.
Cada conexión puede ser de corta vida pero su exceso es indestructible. En medio de la eternidad de esta red imperecedera podemos sentirnos a salvo de la irreparable fragilidad de cada conexión individual y transitoria” o “la moderna razón ve opresión en los compromisos duraderos; los vínculos durables despiertan sus sospechas de una dependencia paralizante”, escribe Bauman en Amor Líquido.
Busqué para cerrar esta larga introducción una cita de Hirigoyen: “Indudablemente existe un asilamiento producido por la sociedad moderna. Pregonado como valor supremo, el individualismo lleva consigo una inseguridad en todos los terrenos. (…) Nuestra sociedad centra a las personas en los éxitos materiales, la importancia del tener y el consumo. Pero está probado que la multiplicación de elecciones, la abundancia de la información y la obligación de la felicidad no consiguen llenar a los individuos que se muestran decepcionados, frustrados y desencantados”.
Son tan interesantes los ensayos, tan recomendables y dicen tan bien lo que muchos de nosotros/as pensamos de nuestro tiempo que los invito a asomarse a estos “espejos impresos” sin temores.

Esta es mi voz:

Regresé
con nuevos frutos.
Viajé
por los túneles interiores
en medio de las heridas,
sobre la primavera
de los sueños.
Transité
caminos pulverizados
de dolor.
Regresé,
traje algunos amigos,
enterré a otros.
Traté de zurcir los agujeros
de la conciencia,
de limpiar los zapatos.
La vida siempre salpica...

Libros para compartir:

Hoy el recorrido me es cercano porque desearía hablar de muchos libros para los más pequeños de la colección Flecos de Sol que dirijo hace seis años en la editorial edb argentina, sin ánimo de excluir a ninguno de mis autores pero obligada por la brevedad, solo por hoy, he seleccionado a una autora : Margarita Mainé y sus libros para el nivel inicial:
Una montaña para Pancho. 2009 (había una vez un elefante chiquito que se llamaba Pancho. Vivía en la selva, con las jirafas y los hipopótamos. Pero él se aburría mucho)
¿Un hermanito?. 2009 (mamá va a tener un bebé, se toca la panza y me llama para que yo haga lo mismo… Algo se mueve allí dentro)
Me duele la lengua. 2009 (Mariano se cayó rodando por las escaleras de la escuela y aquí empezaron sus desgracias)
El Lápiz mágico de Bruno. 2005(a Bruno le gustaba mucho dibujar autos, camellos y moscas. Pero cuando empezó la escuela, el primer día de clases...)
Los dientes de Yacaré. 2003 (no sé quién le contó a Yacaré que a los chicos cuando se le caen los dientes, el Ratón Pérez les trae plata. La cuestión es que desde que Yacaré supo que existía el Ratón Pérez quiso conocerlo).

Para lectores activos:
Purgatorio, Tomás Eloy Martínez, Alfaguara, 2008. Me conmovió el relato de los 30 años de vida que relata el autor que coinciden con la angustiante búsqueda personal de Emilia Dupuy de su esposo secuestrado por la dictadura militar. Los personajes con nombres ficticios representan a cada uno de los más conocidos militares autores del “horror” social y político de la última dictadura militar.
Es una novela con diversas entradas de lecturas que se sumerge en la locura de una mujer enamorada y de un padre corrupto y asesino.
Quiero vincular este libro con dos obras excelentes para jóvenes, entre muchas otras, que abordan este tema y otros procesos opresivos:

Los sapos de la memoria de Graciela Bialet, CB ediciones, 1997, que como dice su contratapa hace oír por fin la voz de los hijos de los desaparecidos. Es profunda, estremecedora, tierna y real. Buscar la identidad, buscar el amor y buscar un lugar en el mundo es descubrir para qué se está vivo. Gran objetivo se plantea la autora que a modo de epígrafe inicia cada capítulo con citas, fragmentos de canciones y poemas bellísimos.

La Soga. De Esteban Valentino, Del Eclipse, 2006, una historia de amor de dos adolescentes en la Patagonia que se entrama en algunos momentos con otras prohibiciones de la historia argentina. Una ventana al pasado que se repite con mordacidad de la mano de una soga simbólica que nos une a ese destino destructivo desde el comienzo de la humanidad. Una novela especial.

1 comentario:

  1. Hola Graciela
    el 1º encuentro me gustó y este segundo me conmovió. La verdad es que las lecturas que pueden hacerse de "las soledades", aún rodeados de gente, de familia, de amigos, de colegas... es un tema inquietante y profundo. Yo creo, humildemente, que tiene que ver con la sensibilidad que portamos todos aquellos a quienes las palabras jamás nos sobran, nunca nos alcanzan, siempre están renuentes, tal vez, porque las queremos a todas... por eso la lectura y los libros son para mí el mejor antídoto contra la soledad. Te recomiendo el último que leí de Vicente Battista, "Cuaderno del ausente", un policial con mucha tela y palabras para seguir cortando.
    Abrazo, Gra Bialet

    ResponderEliminar