lunes, 28 de junio de 2010

Encuentro 22

Pensé hablar en esta salida de la importancia de la lectura en voz alta en todo tiempo y espacios de la vida cotidiana.
Si para la niñez es importante, para los adultos mayores es fundamental pues mantiene activa su capacidad de escucha, comprensión y comunicación. Porque quien lee, vive, en el mundo del libro y por cierto enriquece el propio. Desearía privilegiar la lectura en voz alta como antesala de la narración, de la lectura silenciosa, de la lectura compartida con otros en una clase, en un club, en el dormitorio junto a un adulto y leer solo por el placer de escuchar la voz propia o ajena. ¿Qué dice una voz que habla no de sí sino de otros mundos, personas y situaciones? ¿Cómo lo dice, qué deja entrever cuando lee, cómo comunica sus emociones, esa vibración personal que tiene el lector cuando se apodera de un libro? Es dura la prueba para quien lo hace por obligación porque esa voz siempre delata. Cuando la voz pone vida a una historia escrita sin “traicionar” la escritura, esta se convierte en una interpretación leída del libro en cuestión.
Cada acto voluntario y confiado de leer lo que nos gusta a otro en voz alta es una interpretación personal de ese texto. No se trata solamente de leer porque me escuchan, se trata de leer porque disfruto al hacerlo, como acto y como expresión de emociones. Sobre el tema Rodolfo Castro narrador argentino residente en el exterior y defensor de lo que él denomina “habitar el sonido” dice lo siguiente:
Si la lectura en cualquiera de sus formas es un ente intangible, la lectura en voz alta demanda un acto de creación: una ilusión sonora que pueda ser vista. No se lee en voz alta para ser escuchado, leemos en voz alta para que los que escuchan vean el sonido, se arropen en él, lo habiten.” ( del artículo con el mismo nombre en su página web: www.habitantedelcuentocom
Y esa es mi pequeña recomendación de hoy: disfrutemos un libro y compartámoslo con otros leyéndoles en voz alta, además de otras muchas, buenas y gozosas formas de leer. Para cerrar, del mismo autor que define tan bien esta modalidad:
(…)No se puede limitar a otorgar cualquier sonido a las palabras. Hay que darles el sonido que les corresponde, el sonido con el que esas palabras quieren ser dichas. Pensar en el sonido como en un ser vivo que se gesta en el interior del ser humano, nace, crece, se desarrolla y muere

Esta es mi voz:
Hoy la tomé prestada de la talentosa escritora María Rosa Mó. Este poema pertenece a una antología literaria de editorial edebé, 2006.

Desde un árbol un pájaro
Desde un árbol un pájaro
mira la luna.

Es una luna blanca
—piensa el pájaro—
y redonda como una manzana.

Quisiera un pico largo
para pellizcarla.

Un pico largo
que atraviese montañas y valles.

Un pico para saber
cuál es el sabor de las lunas blancas.

Lecturas para compartir:

Plutarco. 2005, Oscar Saúl Rojas, ediciones libros álbum del eclipse. Como el título de la colección este libro- álbum es un manifiesto de ingenio y belleza. Plutarco es un ratón que traza una línea azul, de un lado dibuja él y del otro el autor al comienzo y final estos dos “artistas” se unen para abrir y cerrar una sucesión de juegos imaginativos logrados a través de dibujos y color. Y si le agregamos que el autor/ilustrador es Rojas , más que recomendado para disfrutar sin edad aunque a los chiquitos les encanta.

¡Ay Renata!2004, Estela Smania, Sudamericana. Un cuento que tiene una frescura y una lógica que atrae a los más pequeños de la mano de las ilustraciones de otra  mujer creativa: Valeria Cis. La vaca Renata cansada de su vida en el campo decide salir a visitar a una prima a la ciudad, se encandila con el viaje, las salidas, la televisión, los ruidos y movimientos de la ciudad hasta que todo se torna una rutina insoportable y decide volver. Un viaje de placer para el lector.

El centinela en el jardín. 2010, Franco Vaccarini, Edelvives. Rogelio Alter es un detective privado que decide poner un aviso en un diario digital para conseguir clientes. Una mujer se presenta para contratar su ayuda en un caso un tanto absurdo y él acepta porque necesita dinero para subsistir. La novela de suspenso que tan bien maneja Vaccarini, tiene momentos de tensión y otros grotescos pero mantiene el clima hasta el final con pasajes de humor.

Humor Idiota, 2008. Max Cachimba de Pequeño editor.  El libro está formado por una selección de tiras de historietas que han sido originariamente publicadas por el diario Perfil en 1998.
La edición de Pequeño  editor es excelente, la elección del material es muy buena. Es una delicia tener estos libros –objeto (en el sentido más privilegiado del término) y compartirlos.

Un ensayo riguroso:
El discurso amoroso, 2009. Adriana Boria. Comunicarte. Bien dice la contratapa que el discurso amoroso atraviesa diversos tipos de textos, entre ellos la novela amorosa que es el motivo de este libro: la novela amorosa del siglo XIX para ser precisa. La investigación es exhaustiva y parte con el encuadre teórico realizado con minucia hasta arribar al análisis de algunas novelas entre 1830 y 1850 que revelan la intimidad femenina de una forma medular.
Quizás el libro sea muy académico para el profesional que no se dedica especialmente al tema, parece una tesis universitaria. Es tan interesante el tema que mi mirada pretende ponderar el esfuerzo hecho y tener en cuenta al destinatario. Espero que así se entienda.

Notas:
En este mes han muerto José Saramago y Carlos Monsivàis. El primero, premio Nobel de literatura ha sido el autor entre muchas obras, de una muy especial por su alto impacto ideológico y narrativo: El evangelio según Jesucristo y el segundo, un cronista y narrador de la realidad mexicana de este siglo y sus personajes más controvertidos, de escritura llana y locuaz. Su última publicación: Antología personal, es muy  atractiva.
Recomiendo por ilustrativo el sitio web: www.narradorasargentinas.com de María Teresa Andruetto y por extensión las publicaciones de la editorial Eterna Cadencia sobre el género femenino.
También recomiendo la lectura de las revistas digitales de literatura infantil extranjeras: Babar y Cuatro Gatos.

jueves, 10 de junio de 2010

Encuentro 21

Escribo por segunda vez el blog con la intención de hacer esta salida antes del comienzo del mundial.
No sé por qué maleficio el otro, escrito hace una hora, se perdió en el espacio virtual acompañado de alguna torpeza personal.
Deseo hoy hablar de las palabras, su pérdida de valor en la comunicación actual y su anomia.
Las palabras, vínculo elemental entre los humanos además de otros símbolos, están hoy en caída vertical: correos electrónicos, mensajes de textos, chats, etc. etc., colaboran con la precariedad de nuestras comunicaciones que intentan ser eficaces.
De la mano de esta ausencia está nuestro mundo empobrecido de sentidos, todo se dice con una sola palabra a veces: Nada… o con pocas que signifiquen estados de ánimo, situaciones familiares, intentos de ser creíbles.
Me quiero unir a la defensa no del lenguaje sino de las palabras que nos hacen posible estar en el mundo para decir: gracias, te necesito, yo quiero… espero, aquí estoy disponible. De ellas es el mundo de la ficción que se materializa en la literatura. Entre ellas vivo. No hay mundo sin palabras, buenas y malas, lindas o feas, cortas o largas, todas hablan de nosotras/os.
Quiero cerrar esta introducción con un microrrelato de Eduardo Galeano, en Bocas de Tiempo. 2004. Catálogos, Malas Palabras.
“Ximena Dahm andaba muy nerviosa porque aquella mañana iba a iniciar su vida en la escuela. Corriendo iba de un espejo a otro, por toda la casa, y en uno de esos ires y venires, tropezó con un bolso y cayó desparramada al piso. No lloró, pero se enojó:
-¿Qué hace esta mierda acá?
La madre la educó:
-Mijita, eso no se dice.
Y Ximena, desde el piso, quiso saber:
-¿Para qué existen, mamá, las palabras que no se dicen?”

Esta es mi voz:
Mi alma, en un charco
no está disponible.
La piel se afina,
es prematuro moverse de aquí.
Quizás haya que saltar
o pisar el agua y salpicarse.
No sé cual es mi deseo.
Sé que no cabe en una mano;
el dolor aquel,
intacto.

Lecturas para compartir:
Hoy voy a reseñar novelas y relatos para los chicos que ya pueden escoger sus lecturas.
Seis años después.2010. Sandra Comino. Comunicarte.
Una novela que aborda un tema muy conocido: la llegada de un hermano a la casa y los acontecimientos que rodean esta llegada no muy deseada por la protagonista, Juana.
La novela es tierna, apela a la búsqueda de respuestas y al sinfín de preguntas que se hace un niño hijo único de las conductas adultas. La autora cómplice de Juana, le da a la historia un final no inesperado pero posible como solución a la angustia que genera el cambio

Beowulf, la leyenda de las dos criaturas.2005.Versión de María Fernanda Cano, ilustraciones de Oscar Rojas. Ediciones Del Eclipse.
El relato es una leyenda muy antigua escandinava sobre Beowulf, el guerrero que liberó al reino de las manos del ogro Gréndel. Está muy bien narrada y responde sin limitaciones técnicas a las exigencias de estas sagas. Por cierto que la ilustración acompaña con fuerza el texto escrito.

Las cosas perdidas.2008, de Lydia Carreras de Sosa, Edelvives. XVII Premio Ala Delta de literatura infantil (2006).
Es la segunda novela que reseño de la autora en dos salidas continuadas del blog y en verdad me sorprende su escritura y la excelente resolución que le da a historias difíciles sin golpes bajos ni efectos marketineros.
Tani, el protagonista, tiene una familia común de clase media, es muy observador. Un día descubre que su tío hace algo incorrecto. Esta situación se repite en el transcurso de la novela varias veces y el niño a quien acompaña su amigo Paco, carga sobre sí con su silencio más el de los adultos que parecen no saber ni querer saber lo que sucede.
La austeridad del lenguaje, la tensión que acompaña la trama, llevan al lector de la mano hacia un final muy interesante. Recomendamos conocer la obra de esta nueva autora de literatura infantil.

No es fácil ser Watson.2010, Andrea Ferrari, Alfaguara juvenil. Esta novela parece una segunda parte por los personajes y el formato de trhiller de: El camino de Sherlock. Francisco Méndez, un adolescente que está terminando la escuela secundaria, tiene pasión por develar casos policiales y su referente es el famoso detective londinense a quien la autora apela en citas que pone en boca del protagonista en forma recurrente.
Un joven estudiante que desaparece, un arma que complica a una joven que conocía al joven desaparecido y algunas pistas unidas a las angustias sentimentales de un Watson enamorado y complicado en su rol de acompañante descalificado estructuran una novelas muy bien armada para disfrutar del género.

Los/as espero en este espacio… después del mundial que se llevará muchas energías. Gracias por leerme.