miércoles, 16 de febrero de 2011

Encuentro 31

          Con alegría retomo la escritura de esta cpropuesta literaria en la que intento acercar, como lectora, los libros que disfruto de leer. Para las/os docentes el año escolar comienza otra vez pero por suerte nada se reitera  dos veces de igual forma, este año será distinto, no sabemos si mejor o peor pero distinto y es saludable no hallar rutina en los hechos cotidianos, saber que algo sorprende cada día y que lo mejor está en los chicos y los adolescentes aunque a veces para descubrirlo haya que hacer un gran esfuerzo. 
La novedad que incorporo a partir de esta salida es el comentario de libros para adultos y algunos ensayos que amplíen el conocimiento de la realidad. Desearía recibir sus comentarios y sus necesidades.
Mi mirada en este 2011 estará puesta en la diversidad de escrituras que se editan, en la calidad y en descubrir nuevos autores. Las empresas editoras apuestan en general a los autores consagrados y algunos pocos nuevos aceptados por la comunidad escolar especialmente y en varias se publican los resultados de los concursos institucionales, que son buenos, porque abren las puertas a esos escritores no comerciales con restricciones de páginas. No es mi intención polemizar pero entiendo que pueden hallarse obras buenas con más de 150 páginas y quedan afuera de lo requerido. También cabe pensar que a los lectores nos gusta mucho encontrar “tropezones” para seguir hurgando en la tela de la obra y la brevedad, permite pocos . Esto se advierte en los libros para la franja de los chicos mayores de 11 años. Una observación que hago también como especialista.
La cantidad no asegura calidad pero la brevedad de una historia tampoco alcanza a veces a legitimarla.
Dejo para el cierre una cita de Jorge Luis Borges a favor de quienes piensan lo contrario de  mis reflexiones iníciales: “…Creo que Conrad y Kipling han demostrado que un cuento corto-no demasiado corto-lo que podríamos llamar long short story, puede contener todo lo que contiene una novela, con menos fatiga para el lector. En el caso de unas de las primeras-para mí- novelas del mundo, que es el Quijote, creo que un lector podría prescindir muy bien de la primera parte y atenerse a la segunda porque no perdería nada, ya que ahí le sería dado todo.” (Conversaciones con Jorge Luis Borges, 1996, reportaje de Fernando Sorrentino,  El ateneo.)

Lecturas para compartir:
Dos merecidos recuerdos  en estas obras :

Dailan Kifki, 2000. María Elena Walsh, Alfaguara.  El elefante más  conocido de la literatura argentina. Una novela única, que se puede leer en forma progresiva con los lectores incipientes en la que Dalian se inserta en la vida familiar a través de una serie de aventuras y equívocos que atraen el interés de los chicos y de los intermediarios adultos. El humor, lo insólito y la ternura atraviesan cada uno de los 22 capítulos.

Secretos de familia, 1995.Graciela Cabal, Sudamericana.  La niña que no es otra que la autora que va apelando también al humor y la ironía para contar las más entrañables relaciones familiares que desnuda en cada uno de los 73 capítulos. Un libro que por momentos parece ficticio pero lo relatado fue real . Se  suceden ante la mirada curiosa de cada lector/a: suicidios, muertes, la vida del barrio y su entramado, las celebraciones familiares, en fin, un relato biográfico desopilante.  

La poesía tiene su espacio:
A la rumba luna, 2008. Silvia Schujer. Alfaguara. Con ilustraciones de Poly Bernatene que se contagian con el ritmo de cada poema rimado. Una canción, una milonga, una rumba, un arrorró entre otras expresiones tienen lugar en este compendio de poesía diversa organizado en: lunas, ritmos, breverías, cuentos  contados en canto. Una apuesta heterogénea del género.

Lecturas para recordar:

Nudos, 2008. Patricia Ratto. Adriana Hidalgo editora. Esta novela se arma con historias que se anudan,  se van atando a través de los personajes: una trabajadora social, un chico de una villa, un ex combatiente de Malvinas, una nena autista convertida en santa, un pederasta, una anciana que vive sola, un chico que mira a escondidas películas pornográficas, las estudiantes de un colegio secundario religioso que hacen rosarios para los soldados de Malvinas, una monja muy joven, un coleccionista de cactus y varios personajes subsidiarios que se cruzan  en  las calles de Tandil. Ellos y sus vidas tejen esta trama.
Van apareciendo los nudos: algunos reales como los de los rosarios y otros  simbólicos. El libro muestra con dolor: un dolor silente, profundo y sostenido, el desamparo y la soledad de cada  personaje. Es una novela conmovedora y atrapante.  Celebro presentar en esta sección a esta nueva autora que reside y trabaja en Tandil. Un libro para tener y recomendar.

Nota al pie: No agregaré más palabras a todas las dichas con motivo de la muerte de María Elena Walsh.  Ella es su obra  y está anidada en los maestros y chicos argentinos. ¡Qué más!  
 Les recuerdo que comienzo a trabajar a partir de marzo en encuentros individuales, la lectura y comentario de producciones escritas que deseen revisar o corregir.
Será hasta la próxima. Buen año de trabajo y personal  para uds.