sábado, 30 de abril de 2011

Encuentro 34

En la víspera del primero de mayo, día del trabajador, vuelvo a retomar contacto con los lectores. Sin embargo no es casual la fecha para hacer esta salida, lo hice pensando en todos los que hacen a la industria del libro, gran industria de la cultura. En tránsito tenemos la Feria del libro en Buenos Aires, que pone en obras el trabajo de todos: empresas, autores, ilustradores, diseñadores, promotores de libros y por cierto de los lectores que son quienes nos habilitan a estar allí.
Mientras escribo el blog, me entero de la muerte de Ernesto Sábato y me siguen algunas imágenes suyas a través de sus libros, obsesiones de un intelectual vigoroso, dueño de ideas que materializó en las novelas y ensayos sobre la literatura y temas denunciantes, especulativos, intensos como lo era él.
Sábato fue protagonista de una parte de la historia argentina, o quizás de dos: la literaria de los años 70 y la política de la democracia renacida en los 80 después de la última dictadura.
Mi recuerdo más cercano y personal descansa en la inauguración de la librería El Ateneo/ Grand Splendid de la calle Santa Fe en el año 2000 de la que fui partícipe ya que trabajaba para la cadena Yenny / El Ateneo y él era la figura central que daba nombre al espacio cultural, fue allí que en medio de las personas que lo cuidaban y otros que intentaban acercarse  pude tomarle la mano y le dije: - Maestro, en un gesto rápido me miró y contestó: ¿me lo dice a mí?.
Regreso al día del trabajo, les dejo para unirme a esta celebración, un fragmento de un poema de Juarroz que lo dice todo.

El oficio de la palabra,
más allá de la pequeña miseria
y la pequeña ternura de designar esto o aquello,
es un acto de amor: crear presencia.

El oficio de la palabra
es la posibilidad de que el mundo diga al mundo,
la posibilidad de que el mundo diga al hombre.

La palabra: ese cuerpo hacia todo.
La palabra: esos ojos abiertos”
Roberto Juarroz
(Sexta Poesía Vertical- 1975)
  
Lecturas para compartir:
Recibí con alegría la nueva edición de La Torre de Cubos, 2010, de Laura Devetach que ha sacado Alfaguara a 45 años de la primera. Celebro con Laura esta vigencia y a quien no la haya leído propongo que lo haga por las historias que narra: la torre  que arma Irene y que moviliza el cuento, la planta de Bartolo que da cuadernos, un monigote de carbón que va de la mano de Roque, y Mauricio que saca silbidos de locomotoras entre otras propuestas ficcionales de este clásico de la literatura infantil argentina. Imperdible.

El sueño de los murciélagos, 2009, Pablo Ramos, Alfaguara. Es una historia que se detiene en los recursos que utiliza el protagonista, un chico de sexto grado –Gabriel- y sus amigos para evitar el cierre del taller de su padre y encontrar  también una solución para la familia de su amiga Marisa. El encuentro con una bruja, la creencia en los poderes de un sacrificio, el del murciélago blanco primogénito y pichón y la intriga que se va gestando desarrollan una trama por momentos, truculenta y en otros, reparadora de los obstáculos que les va poniendo la vida.  

Vergüenza, 2011, Verónica Laurino y Tomás Boasso. Sigmar.  Es una novela original, muy bella y dolorosa que relata las penurias de un chico que termina la escuela primaria y se ve gordo, con un pelo lleno de rulos y  acné. En este escenario aparece Zoe, una reinita que le ilumina el camino que está matizado de datos, pequeños encuentros y desencuentros con un doble final escrito por los autores: uno abrupto y triste y el otro fantástico y feliz. Es un texto que convoca por su minimalismo y por su estructura narrativa.

Antifichus, 2010, pequeño editor. Compilación  de Andrea, Sole, Rapa  Carballo. Textos de GAN y Andrea Carballo. Un antimanual como se define que recorre la historia argentina de los últimos 200 años en forma visual a través de un trabajo de investigación y recopilación de figuritas diseñadas por artistas de Latinoamérica, España, Inglaterra y Francia. Una obra excelente desde lo gráfico e histórico  con distintas miradas.

Lecturas para recordar:
La flor púrpura, 2006,  Chimananda Ngozi Adichie. Debolsillo.  Me la recomendó y prestó Iris Rivera, y lo acertada que estaba en hacerlo.
Una novela que se desarrolla en Nigeria, donde  la protagonista de esta historia busca muy lentamente desenredarse de una situación familiar opresiva y humillante de una violencia estremecedora. Su padre, un fanático religioso somete a todos a los extravíos de una fe que es vivida por sus castigos más que por sus dones. En esa trama aparecen los primos, la tía, el abuelo y una comunidad que ama a ese hombre que es capaz de darles dinero, bienestar, donaciones y que en lo privado es de una crueldad que salpica al lector. El golpe miliar sacude al país, la tía y sus hijos deben escapar y la situación de la familia  se torna más tensa, en ese contexto se desencadena un final duro y sorpresivo. Realmente es una novela sobre la violencia de género para leer y recordar.  

sábado, 2 de abril de 2011

Encuentro 33


Hoy 2 de abril, decidí escribir el blog porque esta fecha nos recuerda la triste y malograda guerra de las Malvinas de 1982 en las que murieron tantos argentinos y tantos otros quedaron marcados de por vida por los estragos vividos, esta fecha es una buena causa para hablar de la elección por la paz siempre. No hay motivo que justifique matar a otros… no lo hay.  La muerte por violencia es antinatural, filosóficamente, irracional, por razones religiosas es equívoca para no poner el término que me nace de las entrañas. ¿Acaso Dios necesita defensa? No, nosotros necesitamos hacer valer nuestras creencias, políticamente la guerra es una estrategia que encierra un motivo sucio: el dinero. Las guerras se inventaron para cuidar el dinero, generalmente de otros.
La vida es la única alianza con la paz. Y la paz, es nacer, crear, producir, trabajar, es cuidarnos y cuidar la naturaleza, es celebrar los vínculos a través de las palabras.
Pensé en buscar citas de libros, después me dije: todos los libros celebran la paz, porque los escritores son personas que escriben para resistir la violencia de la muerte, para permanecer en la mirada de los demás.
¿Quién publica para ser destruido, para ser olvidado? Escribir es un acto de vida y una manera de llenar de significados los interrogantes, es preferir las palabras a las armas.
Porque apostamos a la paz, cuidamos a los hijos que la vida nos ha prodigado, hablamos y escribimos. Tratamos de superar las enfermedades del cuerpo y del alma y casi siempre… nos duele aproximarnos a los límites (como dice Simone de Bouvoir en una entrevista que muestra el canal Encuentro cuando se refiere a la  muerte) por todo eso, escribimos.
Hoy esta fecha se une con la situación mundial en la que asoma otra guerra, más muertes, más hipocresías, más silencios. La guerra es el silencio del lenguaje. Vientre de lágrimas.  
Para cerrar, una frase de Graciela Cabal en Vidas de cuento, dice en el Epílogo:“Es que un lector puede vivir muchas vidas .Vidas de cuento. Y un escritor, ni te digo.Por eso yo quería ser escritora. Es que a mí me gusta tanto vivir..."

Lecturas para compartir:

 El día de las cosas perdidas.2010, Lilia Lardone, Edelvives. Camila y su abuela Iris van hilando un cuento bello, tierno, maravilloso en el sentido tradicional de la palabra alrededor de la pérdida de algunos objetos que desaparecen de sus lugares habituales, la muñeca, el papá que quiere recuperar las llaves y así la historia central se envuelve con el cuento y lleva de la mano al lector hasta el final en el que aparecen las llaves y con ellas otras situaciones. Un cuento muy bien interpretado por las ilustraciones de Gabriela Burín que invita a disfrutar de la escritura.
  
XVZ: archivos ultrasecretos.2010, Martín Blasco, SM. Los tres protagonistas forman un grupo de chicos muy curiosos guiados por un interés particular, uno en los dinosaurios, otro en los extraterrestres y una niña encantada por los cuentos de terror. La novela corta tiene una introducción en la que se advierte  sobre los riegos que se corre ingresando a los archivos. Se presenta como una propuesta detectivesca episódica, bien resuelta.
 
Cómo cocinar un plato volador, 2011. Sergio Olguín, Norma. Julián empieza a transitar el camino de los hijos de padres separados, nueva casa paterna, difícil vínculo entre sus progenitores y además el deseo personal de que sus padres se vuelvan a unir. Él se instala  los fines de semana con su padre, la vecina Belinda, las dos nuevas mascotas Wanda y Cosmos y una historia que se va generando a través del misterio que encierra ver extraterrestres, muy bien armada con ritmo, suspenso e imaginación. La ficción toca espacios cotidianos: el barrio de Flores, la casa de Ramos Mejía,  un encantador  de perros afamado, sin altibajos.

Lecturas para recordar:
  Una obra testimonial que está relacionada con la memoria del jardín de infantes.
Lo que queda de la infancia, 2010, Estanislao Antelo, Patricia Redondo y Marcelo Zanelli, compiladores, Homo Sapiens. En la tapa figuran los nombres de los “autores”: autores, artistas, educadores, investigadores y más…
Dice el prólogo en un fragmento: "Este es un libro que habla de lo que los objetos han hecho en nosotros. Libro de miedos y sufrimientos, júbilos y algarabías. Marcas o huellas, en uno de los sentidos más prácticos del término: impresiones profundas y duraderas, vestigios obstinados".
La recomiendo especialmente para quienes recorrimos y recorremos las prácticas docentes formales e informales. En algún lugar nos identificamos con los recuerdos, nos apropiamos de ellos o quizás movilizamos zonas que estaban bien resguardadas.

Notas al pie:
La empresa Sigmar está cumpliendo 70 años de existencia en la producción, edición de libros infantiles, celebramos la permanencia en el mercado editorial argentino.
Le comento que a partir de este año no dirijo más la colección Flecos de sol de edebé y que he comenzado a colaborar en otras empresas. Gracias a todos /as por acompañarme antes y ahora.