miércoles, 15 de junio de 2011

Encuentro 36

Estuve pensando cómo iniciar est encuentro y me pareció oportuno hacerlo con esta cita: “La pérdida es una experiencia que conduce hacia un nuevo camino. Una nueva oportunidad para empezar a pensar de otro modo. La pérdida no es el final de las cosas, sino la pérdida de una manera  determinada de pensar. Quien cae en un sitio, se levanta en otro. Ésa es  la ley de la vida”. (Poeta persa Mohamade Mojtari, poeta de la resistencia  frente al Ayatolah Jomeine.) Se preguntarán por qué la transcribí, quizás porque sentimos nostalgia sobre todo las congéneres de mi generación y otras almas más jóvenes, de generaciones próximas a la mía, de todo lo que hemos dejado atrás en el camino, las cosas que entonces parecían mejores que las de este ahora y también reparé en los beneficios de mirar la vida desde otros espacios,dejar el pasado con un bien gozado o padecido pero ya distante, apenas recuperado por nuestra memoria selectiva. Sería compasivo que se aplicara a todo lo que nos atraviesa: modos de vincularnos, de escribir, de estar en el mundo, de sentir, enseñar y aprender,  esperar, de dar  y recibir. Quizás la señal de la posmodernidad que acabó con los para siempre, sea encontrar oportunidades para empezar casi de cero, en otro sitio y no repetirse.  
Y desde allí reiventarnnos, como hacen los jóvenes que usan el pasado como memoria de creencias recibidas, o los chicos que se sorprenden a cada paso  con lo que descubren, claro que en otro tiempo, y por suerte para nosotros/as que somos los adultos/as, con el beneficio de lo conocido, de los senderos recorridos.
Ya sabemos que no somos seres desprevenidos, somos seres habitados por experiencias. Lo somos como lectores y escritores. Y no es forzada la relación, diría que es casi necesaria para hablar de las palabras y de la literatura.
Quizás para “conquistar lectores  sea positivo buscar nuevos sitios, dejar experiencias muy recorridas y construir otras, diferentes, para lectores nuevos que tienen mucha pantalla presente. ¿Los modos de lograrlo? Pregunta que busca saciedad inmediata, se pueden compartir algunas respuestas: narraciones, algunos libros que se recomiendan, nuevos escenarios. Creo que no hay mejor camino que el que se encuentra desde las propias demandas y estas son intransferibles. 

Lecturas para compartir:

El baile, 2011. María Cristina Ramos, Edelvives, ilustraciones de Carolina Frías. Como el título anuncia el baile reúne a los cangrejos cuando el sol se esconde bajo la condición de que antes se hayan contado un secreto. Roberto no se anima a hacerlo y tiene uno muy bello entre sus manos. El cuento nos lleva al final con mucha tensión y un lenguaje impecable de la autora que comparte con holgura su manejo poético a través de la historia.

Dioses y héroes de la mitología griega.2011, Ana María Shúa. Alfaguara. Es una recopilación de la autora de los mitos más sobresalientes de la cultura griega y latina en algunos casos que se actualizan en cada nueva reescritura. Dice Shúa que ella los leyó en el Tesoro de la Juventud, me identifiqué con su recuerdo y con sus argumentos que vale la pena leer al comienzo del libro: ¿Otra vez los mitos griegos? Y sí, porque son historias potentes,  bien contados y breves en este caso. 

El verano de las adivinas, 2011, Alejandro Castro, Sigmar, 1er Premio Concurso 2011. La contratapa define esta novela como una obra de iniciación que narra el paso de la infancia de Luciano a la adolescencia y el encuentro con Marcela la joven asmática de quien se enamora y esas mujeres mayores misteriosas que habitan la sierras, cobran vida pero acaban por desvanecerse en una trama que se va armando con realismo y misterio al mismo tiempo, carece de final previsible y dichoso, aspecto que fortalece la novela.

Es tan difícil volver a Ítaca.2010, Esteban Valentino, ediciones SM. Eduardo el protagonista, está en coma internado, víctima del Síndrome de Melas, sin poder expresarse verbalmente, su madre se propone  regresarlo a la vida, como Ulises, el personaje de Homero, cuando regresó a su patria, Ítaca. El plan es ayudarlo a curarse, trazándole un mapa de recursos para que retorne del letargo apelando a la literatura que sirve para transferir experiencias y sentidos. Ambos personajes, madre e hijo, se van entrelazando: el chico con Ulises, y ella, con Penélope. El libro se completa con un reportaje al autor,  y los cantos I, VII, IX, X y XII de la Odisea, contenidos que enriquecen la apuesta de esta muy original obra.

Alas de Mariposa, 2011, Pilar Alberdi, Editorial Casals. Antes de hacer una breve reseña, quiero agradecer el libro a la autora que vive en Málaga y con la que nos conocimos a través de este espacio virtual.
El cuento es la historia de un niño, un sueño, ayudar a una mariposa a sanar y un hombre oriental muy particular, el señor Li, con quien el chico entabla una relación entrañable. El conflicto parece sencillo pero no lo es, la solidaridad, la contención de adultos inteligentes frente a la necesidad y una historia bien escrita hacen que la mariposa tenga sus dos alas sin magia.

Lecturas para recordar:
El reflejo de las palabras.2010, Kader Abdolah, Salamandra.
Ismail, un novelista iraní exiliado en Holanda, recibe por correo el diario de su padre fallecido, un tejedor de alfombras de Arak, Persia. Sordomudo de nacimiento, Aga Akbar ha escrito esas páginas utilizando símbolos cuneiformes que nadie ha conseguido aún descifrar. Traducir esas notas, testimonio de una vida, se convierte en el objetivo más deseado de Ismail, pues ese diario contiene el pasado familiar y el sentido de su  presente. Así pues, entre esas dos historias se van mostrando los hechos más importantes de Irán hasta la cruel represión del régimen de los ayatolás. El autor iraní, es refugiado político en Holanda desde 1988.  La novela es interesante, intensa y nos comunica con el pasado reciente.

Nota al pie: este mes recordamos varios días alusivos al oficio de escritor y lector y también 25 años de la muerte de Jorge Luis Borges, quien se ufanaba de tener un destino de lector y de escritor desde muy pequeño. Nuestro recuerdo al hombre de los dones que bien los ha transmitido en su obra.