domingo, 25 de febrero de 2018

Año 18. Encuentro 96

y seguimos con reseñas.
leí dos libros que merecen estas consideraciones breves, lo mejor está  en ellos.

Para Llegar al sol de María Cristina Ramos,2018. Buenos Aires , loqueleo.
Es un poemario, breve para mi deseo, y para saciar las necesidades de un lector que busca asirse de buena poesía.
Son poemas extensos en los que la autora desarrolla ese talento profesional de unir juego, placer y pequeñas historias que se instalan en la epidermis .
Aromarse ha sido una delicia poética... el libro debería comprarse sin dudas.
"En su olla, el chocolate
entre espumas, el jabón,
y azahares del naranjo,
y madreselvas en flor. / 
Los perfume de la plaza
cuando todo florecio,        
el del patio, el de los libros,
 el pan dorado en su sol. /  
Y en la casa del silencio
 cascaritas de limón.                   
   
Una suerte de sensaciones, imágenes de todo tipo y el ritmo . Si para escribir poesía hay que salir del piloto automático de la lengua coloquial y poder recurrir a la otra, a la silenciosa rebelión de la lengua interior, la autora lo consigue siempre.


Quizás en el tren, Martín Blasco / Andrea Ferrari, 2018, Buenos Aires, loqueleo
Es una novela que promete desde el resumen de la contratapa en la que anuncia que hay un conflicto entre Alma de 17 años que es china y vive en un barrio de la colectividad y Jorge que es ladrón de celulares en transportes públicos.
Ella sufre una mala experiencia amorosa y él trae consigo una historia de simulaciones, abandono, y complejidad familiar que lo lleva a dañarse una y otra vez.
Me atrajo esa información, mis predicciones no se cumplieron, por suerte.
Quizás acostumbrada, en algunas obras a decepciones por ese temor que presiento en la escritura de novelas para jóvenes de ser políticamente correctos, por lo menos, en el final, este temor que me hace dejarlas de leer. Aquí, en cambio,  fue una lectura sin concesiones para interferencias.
La chica sufre y cómo , hay situaciones de tensión como en la vida, sin reparos, y él no es redimido...
Jorge, que le roba como a tantas/os el celular a Alma, regresa a ella motivado por una situación de violencia que sufre la chica, nunca se lo ve imperturbable ante sus acciones, no es un psicópata, es un malandra padeciente.
Se cruzan, el celular es el medio, la vida el motivo inevitable.
Buen final. Hubiera deseado para él, .menos concesiones .. pero debe ser porque a veces quiero creer más en la literatura que en la realidad.